Julia ist (Elena Martín, España, 2017)

Avalon estrena el 16 de junio la película independiente Julia Ist, escrita y protagonizada por la jovencísima Elena Martín, portagonista de Las amigas de Ágata. Su naturalismo, su desarrollo y su aparente simpleza que se enconde en una historia madura y rotunda, nos traen uno de los mejores estrenos españoles del año. 

El proyecto nace como trabajo fin de carrera de cuatro compañeros de promoción de Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra de Barcelona: María Castellví, Marta Cruañas, Pol Rebaque y Elena Martín. Después de presentar el proyecto en la facultad, decidieron tirarse al ruedo y sin red y bajo la batuta de la propia Elena (una barcelonesa del 92) y sin subvenciones y autofinanciándose llegaron hasta el proceso de postproducción. Elena ha fundado el laboratorio de creación Els Malnascuts, actuado en el P14 Volksbühne y dirigido Like si lloras. Ahora dirige su primera película después de interpretar a Ágata en Las amigas de Ágata.

Como si fuera la continuación natural de lo que contaba Las amigas de Ágata, podría ser otro paréntesis en la vida de Ágata. Podría ser un viaje que decide realizar después de abandonar la manada, el grupo que aparentemente le ha protegido hasta ahora. Si en aquella el desarraigo y la soledad se entendía y propiciaba en la autoconciencia de emancipación de un grupo al que ya no se le debe nada, aquí surgen o nacen ante el abismo que provoca el abandonar el nido. Julia es una chica inteligente, joven y con todo por descubrir. Decide realizar un erasmus a Berlín, una experiencia que nunca será como ella imaginó pero que la curtirá para el futuro. Es un viaje iniciático hacia la madurez y un viaje real hacia los miedos, las decepciones, los sueños rotos y también las alegrías y los logros de la generación milennial.

Es una película pequeña, minúscula casi, una historia mínima de esas que sabía contarnos como nadie el argentino Carlos Sorín (Historias mínimas), a la vez es el triunfo de un modelo que se lleva explorando desde hace años desde la Escac, el que permite que pequeñas cineastas, pequeñas por su juventud, experimenten en el largometraje con historias sensibles, emocionales, vitales en primera persona. Recordamos Blog de Elena Trapé como una de las primeras incursiones del cine catalán en historias juveniles, intensas pero simples; Las amigas de Ágata del verano pasado fue el mejor ejemplo de que este cine es sensible, certero y hace una radiografía particular y muy interesante, de las nuevas generaciones perdidas.

 

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Júlia ist trata de una chica que se va, que abandona todo lo que conoce solamente para probarse, para saber cómo se defenderá fuera del confort de la casa donde su madre le hace la comida (quita, quita, aquí cocino yo que es mi casa) o de la relación que mantiene por pura rutina sin tener nada en común con su pareja más allá de la tranquilidad que produce saberse pensado y amado por otro ser, aunque esté a unos cuantos kilómetros. Julia está creciendo y sólo quiere probar: a amar, a follar, a luchar, a llorar, a olvidarse de pagar el alquiler, a sufrir por no sentirse deseada, a no dominar demasiado un idioma que desde España parecía completamente dominado… Julia juega a vivir y para eso decide marcharse.  El arco de transformación de su protagonista está conseguido y es muy creible, aunque la aclimatización al Berlín actual es mucho más ardua de lo que imaginaba, va descubriendo aspectos de su estancia que hacen el viaje mucho más atractivo hasta llegar a enamorarse de la melancolía, los colores grises y fríos del Berlín más bohemio.

Si algo caracteriza a Julia ist y la separa de otros relatos más o menos realistas sobre la generación milennial es que Julia no vive demasiado en su tiempo. Al menos no lo hacia viviendo en Barcelona. Para Julia las nuevas tecnologías no tienen una importancia relevante; se le olvida hablar por skype con su pareja, se siente como un bicho raro en los actos sociales o fiestas, como si no pegara, como si sobrara de un espacio donde todo el mundo  quiere estar y ella busca su sitio: no quiere probar las drogas ni a beber mucho, aunque lo acabará haciendo y hasta su estancia allí cree en la fidelidad y en el amor. Pero todo se va volatilizando porque Julia es joven, inexperta, y ha realizado este viaje precisamente para eso, para probar.

Al final perder un amor, perder el movil, perder un amigo, perder a un ser querido, de todo te sobrepones, pero cuando pierdes las llaves, como metáfora de la vida, cuando pierdes tu lugar, en el que te has asentado y quieres permanecer, entonces todo se descoloca. El sentimiento de arraigo es siempre tan fuerza como su aversión. Julia ist pero podríamos ser cualquiera.

 

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Premios: Mejor película y mejor directora en la sección Zonazine del Festival de cine de Málaga.

 

 

Sinopsis: Antes de irse a Berlín de Erasmus, el futuro parecía muy claro para Júlia, una estudiante de arquitectura de 21 años. Una vez allí, completamente sola por primera vez, se da cuenta de que no se conoce tan bien a sí misma como pensaba y que no tiene ni idea de lo que quiere hacer. Tendrá que asumir el reto de construirse una nueva vida en una ciudad enorme y llena de gente.

 

Nota: 7.5

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