San Sebastián y yo: Mi historia en el Festival Zinemaldia
Me encantan los aniversarios y este año se cumplen cinco años desde que desembarqué en el Festival de cine de San Sebastián como periodista acreditado. Cinco ediciones en las que he visto grandes películas, he vivido momentos indescriptibles, emociones desbordantes, he comido como si no existiera el mañana, hasta me he enamorado… He corrido entre una y otra sala, casi hasta la extenuación, y luego he vuelto a casa, a Madrid, con el corazón y la vista desbordados y volviendo al día a día, a la rutina de la capital.
Pocos lo saben pero llevo cinco años celebrando mi cumpleaños en Donostia; he llegado a bañarme esa noche en la Playa de la Concha o a abrir un champagne con amigos a la orilla de la misma playa. Hace cinco años que decidí que mi cumple podría ser siempre en San Sebastián, porque estoy rodeado de cine, de nuevos amigos que comparten mi pasión y de una de las ciudades más bellas en las que he estado.
Y hoy os voy a contar mi historia en San Sebastián, para que conozcáis un poco más en qué consiste nuestra labor como periodistas.
Hace casi diez años, mis dos mejores amigas me regalaron por mi cumpleaños un viaje a San Sebastián durante el Festival de cine; ellas aprovecharon para descubrir la ciudad (yo también en mis ratos libres) y yo, en realidad, aproveché para empaparme de todo el cine que pude. Fue el año en que uno de los Premios Donostia fue para Liv Ullmann y conseguí después de mucho esperando, tener un autógrafo que sigo exhibiendo en mi cuarto desde aquel momento.
En una de nuestras escapadas por las calles del centro de Sanse empezamos a ver decenas de personas con una acreditación colgada del cuello. Me acerqué a uno de ellos, me comentó que era periodista de un periódico italiano y que venía a San Sebastián a ver todas las películas que pudiera y a escribir sobre ellas. Me faltaban unos días para empezar mi carrera de Comunicación Audiovisual pero ya tenía claro que yo quería ser él: Ir a festivales, ver todo el cine posible, hablar de estrenos, de películas, entrevistar a actores y directores desde aquél momento se convirtió en un objetivo terrenal.
Pasaron unos años y por avatares del destino y por algunos contactos, de los que nunca reniego, (aunque otros si lo hagan), mis letras fueron a parar a una nueva web de visionado online de autor llamada 400Films; durante un tiempo bastante largo fui jefe de contenidos en la misma, y aunque la web ya ha cerrado, lo cierto es que me permitió dotarme de los cimientos necesarios para convertir mi sueño en realidad.
Y un año después de la creación de 400Films llegó el momento de la verdad. San Sebastián nos esperaba. Fui con mi amigo Nestor al certamen y empezaron los nervios, los agobios, el complicado momento de la programación, las entradas agotadas, las fiestas, las pocas horas de dormir, el poquísimo tiempo para disfrutar de una ciudad tan bella o de comer bien (aunque si tienes tiempo para sentarte en algún sitio, la comida es deliciosa), empezaron los bocadillos y los redbulls, los tupper y el tenedor en las playas de la Concha o de Zurriola y los nuevos amigos.
Todos los que me conocen saben que mi año empieza y termina en San Sebastián. Cada año es una experiencia renovadora, que me carga de pilas y que me enriquece como cinéfilo y como persona.
Al año siguiente desde la web no podíamos ir a Sanse y yo decidí solamente con ese objetivo, crear esta web CINEYSEFELIZ en la que ahora mismo os encontráis para poder seguir cubriendo festivales, hablando de estrenos o realizando entrevistas y en la que poder ser mi propio jefe. A la vista de estos cuatro años y del nuevo diseño y todos los logros alcanzados, no creo haberme equivocado. El cine me hace feliz desde el primer día y San Sebastián tiene bastante culpa de ello.
Con mi web, con Cineysefeliz, conseguí seguir yendo al Zinemaldia año a año y hacerme jornadas maratonianas en las que algunos días llego a ver 7 películas o consigo dormir unas 4 ó 5 horas. Yo desayuno, como y ceno pensando y viendo películas; asi que en el poco tiempo que dura un festival no sé pensar más que en ver todo lo que me sea posible de digerir y de disfrutar. Otros críticos se quejan si ven 3 películas en un día. Yo vería más de 7 si es que los horarios lo permitieran. El cine es mi vida y mi droga.
Estos próximos días os contaré qué vamos a poder ver en el certamen donostiarra. Espero que esta crónica personal no es parezca intrascendente ni pedante. Necesitaba sacarla del interior, porque ya son cinco años y porque a pesar de programaciones para olvidar como la del año pasado, exceptuando Perlas y Horizontes Latinos, San Sebastián me acompaña desde hace cinco años. Quiero pensar que yo también a él.