Documenta Madrid Día 1: De mentiras, piratas, Femen e inmigración.

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La película que inauguraba esta XI edición del Festival de Documentales de Madrid era The armstrong lie de Alex Gibney. ¿Y quién es este director? Pues el responsable entre otras de su ópera prima Enron: Los tipos que estafaron a América, un documental económico que se aprovechaba de la crisis económica (la futura, poque aún no se sabía nada) y sacaba a la luz los escándalos financieros de América. Gibney también fue el responsable de esa obra que le dio el Oscar de la no ficción: Taxi to the dark side. Una cinta que también se aprovechaba del conflicto en Afganistán, contaba un tema polémico para que tú decidieras normalmente dónde te posicionabas después. No es tan tramposo Gibney al desarrollar sus historias, pero si lo es en la elección de sus temas. Se emparenta con muchos cineastas del estilo de Errol Morris (de próximo estreno un interesante ejercicio  que busca la objetividad en la figura de Donald Rumsfeld: The unknown known).  En este caso elige al otrora campeón de siete tours de Francia, Lamce Armstrong, para documentar su ascenso y su caída, tras conocerse que había estado mintiendo años y años sobre su dopaje. Ahora Armstrong, de ser considerado, uno de los mejores ciclistas de la historia (sino el mejor) ha pasado a tener miles de demandas judiciales, perder los siete tours y enemistarse con la mayoría de sus ex-compañeros. Lo más interesante de la cinta es que Gibney sólo iba a retratar al atleta en su vuelta al tour en 2009 tras un cáncer y aparentemente limpio. Pero entonces en un programa de televisión, Lamce, anunció que llevaba mintiendo varios años y que sí se había dopado. Y la historia surgió ahí, porque al cineasta también le estaba mintiendo. Le había mentido todo ese tiempo. De ser un documental casi hagiográfico se convirtió en un documental por la búsqueda de la verdad. Pero creemos que nos miente un poquito, cae del lado del «Esto es lo que hay, pero debéis seguir queriéndome».

Fernando Melgar por su parte nos trajo la mejor película del dia y una película imprescindible en el terreno documental La forteresse. Ninguna de las dos cintas ya comentadas entraba a competición puesto que The Armstrong lie era la película de inauguración y Fernando Melgar pertenece a la retrospectiva. La forteresse era la película de inauguración de esta retrospectiva y nos mostró a un cineasta observacional, humanista y sensible. Un mero espectador de lo que ocurre ante sus ojos cuyas armas son las imágenes y su poder, mostrarlas al mundo. Nos entristece no haber conocido antes a este gran cineasta y agradecemos a Documenta Madrid haber tenido el coraje y la decisión suficiente para realizar la retrospectiva sobre un trabajo para muchos desconocido, pero necesario e imprescindible. La forteresse se une así a los documentales más interesantes que se hayan realizado sobre la humanidad o la falta de ella. Fernando Melgar, de ascendencia española y afincado en Suiza habla maravillas de su país y se vanagloria de vivir en el Estado que creó la Cruz Roja y que apoyó por encima de cualquier país europeo los derechos humanos. La fortaleza, ya estrenada en México (no en España), es el día a día de un centro de Asilo de inmigrantes. Enfrentarte a las historias más truculentas y horribles a diario para decidir a quién puedes o no conceder el asilo en Suiza. Con un  pulso arrebatador y una mirada sensible y muy humana, Melgar, realiza una cinta exquisita sobre la humanidad y nuestros defectos por mucho que nuestros actos sean moralmente irreprochables. Una pena que esta cinta que ganó merecidamente el Leopardo de Oro en Locarno en 2007 no sea tan conocida como merece.

Y entonces llegó la sección oficial con dos propuestas muy diferentes:

  • De Bulgaria llegó The last black sea pirates. Una cinta extraña por lo que cuenta. La última costa de verdaderos piratas en Europa, amenazada por un proyecto del arquitecto Norman Foster. Dirigida por Svetoslav Stonayov. El director nos cuenta que conoció a Jack hacía 20 años y que tuvo acceso a su vida. Sabía que todos los criminales que abandonaban la cárcel, sabían que había un lugar donde podían esconderse. El único impedimento que les pusieron fue no mostrar sus armas reales. Lo más interesante del relato es cómo en pleno Siglo XXI aún quedaban unas personas en una costa en Bulgaria empeñadas en encontrar un secreto por algo que una adivina les dijo una vez. Incluso el alcalde y los gobiernos mandaban excavadoras para buscar ese tesoro, en el que creían realmente. Pero el hombre es un lobo para el hombre, y ese lugar, la última costa salvaje de Bulgaria, será ahora un complejo de apartamentos y las vidas de estos, digamos soñadores, se habrán truncado para siempre. Al menos el documental nos permite eso, conocer lugares extraños, costumbres muy diferentes y sueños que nada tienen que ver con los de nuestro día a día.

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  • De Ucrania, llegó Ucrania no es un burdel de Kitty Green. Una certera mirada a Femen, acompañándolas en sus acciones y en su día a día, llenos de contradicciones. Pero Kitty no se limita a observar sino que quiere destapar todo lo que hay detrás de ese movimiento y lo consigue. Kitty fue estudiante de la Escuela de Narrativa y ha realizado varios trabajos siempre que versan sobre la mujer, la sexualidad y el género.  En un viaje a Ucrania ya que su madre y su abuela son ucranianas y ella es australiana, conoció y grabó a las Femen y al ver sus imágenes decidieron que ella hiciera un documental sobre el movimiento y seguirlas a todas partes. Lo que Kitty cuenta es tan increible como desvelador. No es un gran documental por las formas, ya que ha sido mil veces visto, pero lo es por como va manipulando al espectador hasta dejarle sin saber qué pensar. Por eso cuando se le pregunta a ella qué piensa sobre el movimiento, sólo es capaz de decir que «Prefiere que hagan esto, a otras cosas». Prefieren que luchen con los pechos descubiertos a ser, como todos los occidentales piensan, las putas de Europa.  Curioso también que a la pregunta sobre por qué eligió una canción como Rasputín para la película, nos cuente que ojalá no lo hubiera hecho porque fue carísima. Pero que no había otra opción porque es una de las canciones más populares de Ucrania. Está en cada autobús, cada taxi, por la calle, en cualquier desplazamiento… Enlazada de alguna forma con el musical estrenado este 2014 sobre las Pussy Ryot pero sin tanto histrionismo.

Veremos qué nos depara hoy el Documenta Madrid, este fue el día de ayer, y aún podéis recuperar algunas de las películas que os hemos comentado.

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