10000 NOCHES EN NINGUNA PARTE: Ramón Salazar nos invita a soñar
Imaginen una pantalla, imaginen que no saben casi nada de una película; imaginen que conocen ligeramente a aquellos que están detrás de ella. Y simplemente van a dejarse sorprender.
Imaginen que en esas dos horas no les vale cualquier cosa. Imaginen que quieren huir de su día a día pero también emocionarse; que quieren reir sin patochadas facilonas pero también soñar; que quieren permanecer inquietos en los asientos pero evidentemente volando por las historias que se les cuentan.
Imaginen- digo- porque sin ver la nueva película de Ramón Salazar: 10000 noches en ninguna parte, parece imposible poder recrear todas esas sensaciones y darles un sentido completamente cuidado en menos de 120 minutos. Pero la película consigue mucho más que su objetivo. Consigue sorprender y ser una fuente de inspiración para todos aquellos que han perdido su confianza en una industria del cine y un sistema completamene obsoleto y de puertas cerradas.
Alguna otra parte cuando sientes que estás viviendo un mundo que no te corresponde; cuando no quieres recordar, cuando el olvido es tu memoria más trasnochada. Alguna otra parte cuando quieres revivir una infancia y una juventud que parecieron perdidas y quizás olvidadas también.
Ramón Salazar ha construido un poema visual a través de la casi perfecta composición que realiza Andrés Gertrudix como personaje protagonista. Un niño grande en las carnes de un un chaval de treinta años sometido a la rutina y la desidia más descarnadas que quiere vivir las noches en cualquier otra parte y los días también lejos de donde físicamente está.
En su camino se unen: Rut Santamaría, Najwa Nimri o Manuel Castillo desde el segmento de Berlín o una Lola Dueñas más princesa e inquieta hada madrina que nunca, en el París del amor.
La otra gran ¿revelación? de la cinta es la interpretación fuera de serie de Susi Sánchez, haciendo de una madre alcohólica, enferma y despreocupada, incapaz de comprender el sufrimiento que deja a su paso. Esta fue la única candidatura de 10000 noches en ninguna parte a los Goya, la de mejor actriz de reparto para Susi Sánchez. Y es triste porque con permiso de Los increibles o de La plaga y con la realmente ganadora moral de los Premios Goya de este año: La herida, Salazar ha construido una película casi perfecta, con sensibilidad, con un torbellino de emociones en cada plano; con una música compuesta por Iván Valdés y Najwa Nimri que va reflejando el estado emocional incluso físico de los personajes y con una fotografía a seis manos que con unos medios seguramente mucho más rudimentarios nada tiene que envidiar a las cintas de Terrence Malick.
Salazar pone su vida, su sino, su día a día en sacar un proyecto porque lo considera esencial; necesita que salga de sí; por eso, le gusta ser autor en mayúsculas de sus películas. En este caso no es sólo director y guionista, co-produce, realiza el montaje junto a Abián Molina.
He tenido la oportunidad de ver esta cinta dos veces, una en el incomparable Festival de cine Europeo de Sevilla; otra en un pase en los Cines Princesa de Madrid. La primera vez data de noviembre y recuerdo que sentí lo mismo que la primera vez que vi Piedras, la ópera prima de Ramón Salazar: Ilusión, una sensibilidad muy parecida y muy cuidada y sentí que me había hecho volar. Comencé a hablar de esta película desde aquel visionado con todas las localidades agotadas (10000 noches en ninguna parte competía en la Sección Oficial del Festival de Sevilla) y deseando poder compartirla, poder decirle a la gente que iba a llegar una película española que les iba a dejar de piedra. Y pasaban las semanas y los meses y la cinta no llegaba. Y me desesperaba. Quizás como el protagonista con su propia vida. Le hice un pequeño y compartido homenaje en aquel artículo sobre Las mejores pelis españolas de 2013 que no ganaban Goyas.
Quería revivir esas 10000 noches en ninguna parte de la mano de su creador, quería revivirla sabiendo y notando como cada pequeña pieza de la película había sido medida y cuidada. Como cada uno había puesto su granito de arena para realizar una película con alma, con el espíritu de Amelie pasado por Terrence Malick, pero con muchos menos medios y con una industria que ni siquiera es capaz de mimar a propuestas tan necesarias, creativas y diferentes.
El mes pasado llegó la noticia oficial de la que película se estrenaría en cines. Y entonces llegaron los miedos, qué salas se atreverían a proyectarla, durante cuánto tiempo. Qué cines tendrían la osadía de proyectar estas imágenes pulidas con destreza y sutileza en detrimento de taquillazos vascos o americanos.
La espera se hizo insoportable pero este viernes ya llegó a los cines y estas son las salas donde al menos hasta mañana jueves 15 de mayo (fiesta aquí en Madrid), se proyecta esta cinta:
MADRID: RENOIR PLAZA ESPAÑA ; CINES ZOCO MAJADAHONDA ; PEQUEÑO CINE ESTUDIO Y MIRASIERRA PARAÍSO
BARCELONA: CINEMAS GIRONA
PALMA DE MALLORCA: CINE CIUTAT
MÁLAGA: ALBÉNIZ MÁLAGA: YELMO PLAZA MAYOR
VALENCIA: CINES BABEL
SAN SEBASTIÁN: TRUEBA
LA CORUÑA: YELMO LOS ROSALES
LLEIDÅ ESPAI FUNATIC
SEGOVIA: CINE LUZ DE CASTILLA
ÁVILA: CINES TOMÁS LUIS VICTORIA
GIRONA: CINEMAS ALBÉNIZ
VALLADOLID: MULTICINES CASABLANCA
¿Y qué ocurrió la segunda vez que la vi? La segunda vez até muchos cabos que en la primera se me habían escapado; observé muchos más detalles y la película fue más redonda aún. La segunda vez además conocía que por la falta de presupuesto habían tenido que hacer incluso cosas ilegales, sabiendo que tendrían que pagar alguna multa; porque era más caro pedir los permisos que pagar las propias amonestaciones.
Y con todo ello sentí magia. Porque la cinta es completamente mágica, te hace viajar como su protagonista a ninguna parte, una y otra vez. Te hace ser consciente de que estás sentado en una butaca pero a la vez vivir todas las vidas de Andrés Gertrudix.
Os pido que le deis esa oportunidad que se merece, esta película os necesita; este cineasta valiente y visionario os lo agradecerá SI QUEREMOS que vuelva a hacer cine, y nuestro país en particular, se enriquecerá si esta historia permanece en salas por mucho tiempo. Aquí su sinopsis:
«¿Qué pasa cuando piensas que has pasado demasiado tiempo en ninguna parte? ¿Y cuando ese tiempo perdido ha borrado parte de tu memoria? Eso le ocurre al protagonista de esta historia (Andrés Gertrúdix), al que un miedo irracional a comunicarse con el resto del mundo ha ido desdibujando su personalidad, incluso su nombre propio…»
Gracias a todos por esta película.
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