Zinemaldia Festival de San Sebastián 2014. Día 5. Dejad que los niños se acerquen a mí
Celebrar tu cumpleaños en el Festival de festivales español siempre ha sido algo muy importante para mí. Pero cada año me programan las peores películas el día de mi cumpleaños. Parece que lo hacen a propoósito.
La voz en off es una digna apuesta que llega de Chile.
El film cuenta la historia de Sofía, una mujer vegetariana y hermosa de 35 años que busca tener una vida tranquila tras su reciente separación. Las personas que le rodean se empeñan en impedírselo: su padre decide abandonar a su madre, su hermana mayor regresa a Chile e irrumpe en su vida con su belicosa manera de ser, sus hijos se obsesionan con comer carne y descubre, sin querer, una verdad incómoda sobre su padre.
Bande des filles:
Marieme vive sus 16 años como una sucesión de prohibiciones, y se siente una adolescente agobiada por su situación familiar, el callejón sin salida que parece ser la escuela y la implacable ley de los chicos del barrio. Pero empieza una nueva vida al conocer a un grupo de chicas de espíritu libre. Su encuentro con tres jóvenes va a cambiarlo todo. Ellas bailan, se pelean, hablan fuerte, se ríen de todo. Mariame entonces se cambia de nombre, de modo de vestir y abandona la escuela para ser aceptada en el grupo. Marieme, reconvertida en Vic, abrazará los códigos de la calle donde violencia, amistad y libertad convergen de un modo extraño.
Limbo:
Quizás una de las peores películas que recordamos haber visto en el festival. Y es que menuda sección de Nuevos directores este año. Sólo se salva Los niños de Caín. Una historia ambientada en una pequeña población rural de Dinamarca. La adolescente Sara y la profesora recién llegada Karen desarrollan una conexión muy especial. Pero cuando ocurre un suceso inesperado, la relación se quiebra…
Aire libre viene de Argentina. Es un previsible, tedioso y Lucía y Manuel están casados, tienen un hijo y les cuesta encontrar deseos en común. Creen compartir un sueño: la construcción de una casa con jardín fuera de la ciudad. Venden su apartamento y se instalan en el de la madre de Lucía a la espera de que la obra avance. Pero Manuel huye y se refugia en el hogar de sus padres donde se siente aliviado. Aunque no quieran admitirlo, Lucía y Manuel comienzan a vivir separados y también se distancian emocionalmente. Edificar un lugar donde reencontrarse parece difícil, descubrir lo qué han derrumbado, también.