Volveréis (Jonás Trueba, España, 2024)

Jonás Trueba estrena una nueva pequeña película con su alma y su factura, protagonizada por Itsaso Arana y Vito Sanz. 

Mejor película europea de la Quincena de realizadores del Festival de Cannes, esta suerte de comedia romántica en torno a la celebración de una separación es un estudio sobre la fragilidad de las relaciones.

Deconstruir un género tan maniqueo y absurdo como la comedia romántica desde la frescura y la honestidad de quienes no saben amar, es la apuesta de esta madura película de Jonás.

Quizás su película más conseguida, la más veraz y la menos encantada de haberse conocido. Quizás Volveréis sea lo mejor de Jonás Trueba porque no ambiciona ser más de lo que realmente es. No intenta realizar un tratado sociológico sobre los nuevos treinta, no funciona con diálogos exagerados o impostados, sino con conversaciones banales, más cercanas a lo terrenal.

Cuenta Jonás seguramente su propia vida una y otra vez, cargada de una burguesía intelectual de las que dan tanta pereza como asco, donde los libros y la filosofía salen antes que la pregunta sobre lo que se comerá o no ese día.

Su cine, normalmente, y en esta web somos libres de decir lo que queremos siempre, porque nadie nos paga por decir ni una cosa ni la contraria, rezuma buenas intenciones pero es exagerado, muy maniqueo, ligeramente subidito y sobre todo pretencioso al más alto nivel. Cuando su cine lima todos estos aspectos negativos, vuelve a su esenciay se depura, entonces nos encontramos ante un buen cineasta.

En Volveréis,Vito Sanz realiza una interpretación memorable que se debería aplaudir, por su contencion y su magnetismo. Itsaso le da la réplica muy bien, aunque no llega a la altura de lo que consigue con su grupo de teatro La tristura, o, en el terreno cinematográfico, con la también dirigida por Jonás: La virgen de agosto.

De la necesidad de despedirse, del saber que todo acabó a la comprobacion de que nada sucedió realmente, que solo llegó la rutina y la monotonía, pasada por el amor al arte y al cine, siempre presente incluso en la visita a un rodaje, nada más y nada menos que al rodaje real de la serie de Sorogoyen. Todo acompañado de buenos vinos, siempre presentes en el cine de Jonás, buenos amigos, alguna escena divertida como la de las clases de inglés y la demostración de la cultura como arma, en la piel del patriarca de los Trueba, que aquí hace de padre de ella.

De un tiempo a esta parte, con la excepción magistral de Quién lo impide, su película más personal, Jonás lima su propio audiovisual para dejar de jugar a los mayores con adolescentes que recitan pasajes de Shopenhauer; con declaraciones amorosas a caballo entre regaetton actual y los amores epistolares de antaño o con intensos debates amistosos de chavales de 15 años para saber si la sociedad puede contribuir más a la no exclusión del diferente. Quizás Jonás haya nacido en otro siglo anterior al XX y no lo sepamos, pero lo cierto es que cada vez es más consciente de sus propias limitaciones y de cómo con ellas pierde adeptos por el camino. Y en este sentido, y por estos, lares, esa autoconciencia crítica, se celebra.

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Sinopsis: Después de 15 años juntos, Ale y Alex tienen una idea que podría parecer absurda: organizar una fiesta para celebrar su ruptura. Este anuncio deja perplejos a sus seres queridos, pero ellos se mantienen firmes en la decisión de separarse ¿O quizás no?

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