Vivir sin parar (Kilian Riedhof, Alemania): Carreras (edulcoradas) frente a la muerte

Karma Films estrenó este pasado día 14 la que es la primera película del cineasta alemán Kilian Riedhof, edulcorado hasta decir basta, presenta la historia de Paul Averhoff una antigua estrella de la maratón que casi con 80 años vive los últimos de su vida «encerrado» junto a su magnánima y adorable mujer en una residencia de ancianos. Su espíritu inconformista y su necesidad imperiosa de superación le llevan a luchar contra compañeros sumisos y contra los trabajadores que se supone que deberían no sólo protegerle sino potenciar sus habilidades. Paul quiere correr. Quiere seguir corriendo. Desea superarse y acabar con todos los absurdos pronósticos. Vivir sin parar o vivir más que nada con un enorme cronómetro que va contabilizando el tiempo que nos queda; una cuenta atrás decisiva y horripilante. Y Paul abraza la vida tal y como la conoce, la vida para él es una competición, es superarse, es ir contra las reglas, contra lo establecido, es dejarse la piel en las maratones. Mientras sus compañeros asisten agradecidos a clases de manualidades.

De la sensibilidad que es inherente a esta cinta no vamos a mencionar demasiado pero sí del excesivo pastel con el que se adorna la película. Digamos que este producto es, aunque realista, demasiado endulzado y hasta empalagoso.

Si es cierto que los dramas deportivos no admiten demasiadas modificaciones en sus estructuras. Suelen sustentarse en la subida, la caida y la vuelta a subir de sus protagonista y en este caso el guión es superfluo, banal y cautivo de sus propias pretensiones. Previsible y tierno hasta decir basta.

En las clases de guión ahora enseño a mis niños que necesitan una meta que alcanzar, un protagonista y saber si quieren que su protagonista consiga esa meta o no; les cuento que en realidad toda la película (menos este principio y final) tratará de sacar a la luz todos los problemas para que no se llegue a la resolución. Y resulta que esta cinta podría valer perfectamente para dar clases de guión, y no porque el guión esté muy bien escrito sino porque no tiene capas, porque de su sinopsis ya se puede vislumbrar cómo se irá conformando la trama. No hay más.

 

new_fan_page_Captura-de-pantalla-2014-11-01-a-las-16.35.17Entre lo reseñable la actuación de su protagonista que consiguió el premio alemán al mejor actor protagonista y el cuestionamiento nuevamente edulcorado de los organismos que «gestionan» los últimos años de los mayores.

Vivir sin parar es lucha, deporte, es emoción manipulada y edulcorada, es la lucha por la eterna juventud, por el carpe diem, es un sueño encubierto en vida amarga.

Su director ha invertido casi 7 años en el guión y en encontrar el reparto y otros siete en la búsqueda de financiación.

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