UN TIEMPO PRECIOSO (Micky Molina, España, 2019)
Micky Molina se atreve a dirigir su primera película, protagonizada por él mismo, para lucimiento de una interpretación que es casi lo único que puede brindarnos la cinta con el alzheimer como leitmotiv.
Las últimas semanas y meses de vida de un ser gris, con algo de sentido del humor, pero escondido entre mil capas que se pierden entre hijos amargados, tías que son amantes, mujeres que están perdidas y un oficio actoral que se intenta recuperar ante la mirada impertérrita de un ángel de la guarda irreal interpretado por el gran Saturnino García.
No acaba de despegar la película, por mucho que nos parezca medianamente interesante ese conflicto paterno filial abocado a los últimos días o esos juegos amargos de la resolución de conflictos con teléfono de por medio, pero es que nada llega a despegar porque no hay viaje.
Es una pena, porque la película descansa en una pobre realización, una hilarante (casi estudiantil fotografía) y porque en el libreto el único desarrollo de personaje y trama posible es la de su protagonista, todo lo demás no existe. Es una película tan personal, invidualista y familiar que quizás debiera haberse quedado para disfrute o catarsis de la propia estirpe Molina.
La película cuenta con una página web con información y fotografías. Podéis consultarla aquí. Leemos allí una crítica del político del PP, jurista y escritor Mario Garcés (quien fue ex secretario de Estado de servicios sociales e igualdad que dice que «Miguel Molina ha traspasado el espejo de la locura y del olvido, para regalarnos un tiempo necesario, definitivo. Un tiempo precioso.» Y no estamos para nada de acuerdo, porque un tiempo precioso es el que hemos perdido viéndola. Sabemos que detrás de Micky Molina hay un buen actor, pero aquí nos ha costado encontrarlo.
Me acuerdo de Siempre Alice, de Poesía, de Nader and Simin o de El hijo de la novia, todas con personajes con alzheimer memorables, incluida por ejemplo la película de animación española Arrugas. Todas ellas con alma y con una empatía poderosa, nada de ello se cumple en este impostado intento.
Sinopsis: Miguel, un actor en declive de su carrera, tiene ante sí el último viaje de su vida. Le han diagnosticado Alzheimer y un tumor cerebral. Su hijo Carlos, después de que su padre le abandonara, se encuentra en la encrucijada de acudir en su ayuda. La pareja de Miguel y tía de Carlos, Sandra, intenta rehacer las relaciones entre padre e hijo y a la vez recuperar un amor casi perdido. Aparece un amigo invisible, de nombre Agapito, que acompañará a Miguel en este viaje, provocando situaciones que van desde la ternura y la risa hasta el drama.
Nota: 3