O que arde -Lo que arde (Oliver Laxe, España, 2019)
O que arde es la nueva película del director gallego Oliver Laxe, que estrena en nuestras pantallas Numax Distribución. Con Premio del jurado en Un certain Regard de Cannes, Laxe nos habla de quienes son los pirómanos que acaban con nuestros bosques.
Las dos películas anteriores del cineasta Mimosas y Todos vos sodes capitans se llevaron sendos premios en Cannes en otras secciones: Quincena de Realizadores y Semana de la crítica respectivamente. Sus tres largometrajes se han ido de Cannes con premio y seguramente sea porque tiene una manera muy particular y potente de contar las historias. La importancia de la imagene es arrolladora, aquí se nutre de una increíble fotografía de Mauro Herce (el director de Dead Slow Ahead) para que el fuego consiga ser un personaje más. La naturaleza descontrolada como punto de inflexión,
El retrato psicológico y social de las supuestas víctimas y sus verdugos es fascinante y se construye a través de los silencios. Porque el silencio es la nueva forma de condena, de repudia, de maltrato psicológico. Y mientras la sociedad calla, pero como muestra de rebeldía, el bosque arde.
Ese comienzo arrebatador con las grúas y los árboles cayendo víctimas del fuego abrasador, da paso a la oscuridad y al silencio como potente metáfora sobre lo sencillo que es devastar o destrozar. [En esa escena pretendíamos reflejar la pulsión destructora, con máquinas derribando la naturaleza sin ton ni son y de manera indiscriminada, y que en algún momento, choca con algo que es mayor que ella, al encontrarse con un árbol mucho mayor que les impresiona y les hace tomar conciencia y ver que hay algo más allá de nosotros que es mucho más fuerte.] Declaraciones de Mauro Herce en la entrevista que le realiza Marcos del Villar para la revista de técnica cinematográfica Camera & Light.
La fotografía es descomunal, una de las más naturistas y bellas registradas en España en los últimos años. (Mauro Herce afirma que se iba a Galicia con Oliver Laxe a grabar incendios reales y que tuvieron que hacer un curso para poder estar con los bomberos y seguir a varias brigadas). De la misma entrevista para Camera & Light.
Axe se nutre de actores sin experiencia detrás y con esa naturalidad adoptada del neorrealismo italiano, es como es capaz de dotar a sus personajes de fuerza y credibilidad. No hay artificio. Amador Arias y Benedicta Sánchez componen una madre y un hijo marcados por el supuesto delito del segundo, pero, sobre todo, por la condena social al ostracismo y a la repudia a través del silencio, que les tiene preparado la sociedad. No es un cine de respuestas, no nos importa si él fue o no el causante, nos importan los sentimientos que provoca su condena, el acto en sí y sus consecuencias. La película consigue cuestionar la capacidad que tenemos para contener nuestros instintos, para apaciguar los fuegos fatuos que podemos albergar en nuestro interior.
La idea de Oliver Laxe era encontrar un espacio de cruce entre el «cine de autor» y el «cine comercial», esa Alma y esa Eficacia, son difíciles de conseguir, pero Oliver está «convencido de que todos los que trabajamos en esto, queremos tratar de emocionar al espectador. Pero con emociones muy diversas. Nos propusimos hacer una película que hablara con claridad de nuestro campo, con sencillez, generosidad y cercanía, pero sin dejar de acoger la complejidad del mundo, la complejidad que tienen las imágenes y el propio cine, su invisible poder». Texto de Oliver Laxe con el titulo Un espacio de cruce para la revista Academia.
Premios: Festival de Cannes: Un Certain Regard – Premio del jurado
Sinopsis: Nadie espera a Amador cuando sale de la cárcel tras cumplir condena por haber provocado un incendio. Regresa a su casa, una aldea perdida de las montañas lucenses, donde volverá a convivir con su madre, Benedicta, su perra Luna y sus tres vacas. Sus vidas transcurren al ritmo sosegado de la naturaleza, hasta que todo cambia cuando un fuego violento arrasa la zona.
Nota: 7,5