L’immensitá (Emanuele Crialese, Italia, 2022)

Una vez más nos encontramos con Penélope Cruz en el papel de madre, ya lo hizo hasta en cinco   ocasiones con Pedro Almodóvar; en este caso es una “mamma” italiana de los años 70.” tengo un fuerte instinto maternal” ha declarado, probablemente esto contribuya a lo orgánico de su interpretación. Penélope llena la pantalla y se atreve con Raffaella Carrá, con Mina Mazzini y con lo que haga falta; a su alrededor gravita todo, en lo interpretativo, pero también en lo narrativo.

Cruz es una española residente en Italia y según sus palabras, el cambio de idioma lejos de ser un inconveniente es para ella un incentivo, un reto más en su dilatada carrera.31

En palabras de la actriz: “Ha sido una suerte haber estudiado francés antes que inglés. A los 18 me empezaron a llamar de Italia y aprendí la lengua. Da mucho más trabajo, pero ayuda para acercarte a un personaje y su manera de comunicar. Me siento afortunada de actuar en cuatro idiomas.»

 

El director Emanuele Crialese que que participa también en el guion, se inspira en su propia infancia para presentarnos un mosaico de importantísimos temas que esboza, pero sin profundizar: la disforia de género, las diferencias entre clases socioeconómicas, el machismo, la violencia doméstica.

El realizador hace un retrato de la asfixiante atmósfera de los años 70, donde la mujer debía sentirse afortunada por tener una buena vida en lo material y obligada a silenciar las infidelidades y maltrato del marido, su mundo se limitaba a su casa y sus hijos, con la familia tutelando y aplastando sus fantasías y sueños, con el potente patriarcado cubriéndolo todo. La única vía de escape a su vitalidad era la relación con sus hijos, permisiva y juguetona. Y cuando la autoestima y la voluntad de la mujer no da para más se la somete a un duro tratamiento.

Junto a la experimentada protagonista, vemos a la jovencísima Luana Giuliani, campeona de motociclismo antes de atreverse a aceptar el reto de la interpretación. Crialese buscaba determinación y valentía para dar vida a Adri o Andrea y lo encontró en Luana, que crea un retrato creíble y doloroso, una admirable ambigüedad física, inspirado en el propio Emmanele de niño, aunque él mismo ha querido desmentirlo diciendo:

 «La mejor parte de ser hombre es ser mujer, mantengo viva en mí esa bipolaridad».

Crialese dibuja este retrato familiar con la cámara muy cerca de los personajes, para captar las miradas de ambas actrices y también la fuerza de los silencios, con una estética muy cuidada. Son muy destacables las estupendas interpretaciones de las dos protagonistas, el resto una narración con buenas intenciones, pero con un desarrollo decepcionante.

 

Festivales y premios: Festival de Venecia: Sección oficial a concurso.

Festival de cine de Valladolid: Sección oficial fuera de concurso.

 

 

Sinopsis: Roma, años 70. Clara y Felice acaban de mudarse a un piso nuevo. Su matrimonio está acabado: ya no se aman, pero son incapaces de separarse. Lo único que los mantiene unidos son sus hijos, en los que Clara vuelca su deseo de libertad. Adriana, la mayor, acaba de cumplir 12 años y presencia muy de cerca los estados de ánimo de Clara y las tensiones cada vez mayores entre sus padres. Adriana rechaza su nombre y su identidad, quiere convencer a todo el mundo de que es un chico, y su obstinación hace que el ya frágil equilibrio familiar alcance un punto de ruptura. Mientras los niños esperan una señal que los guíe, todo cambia a su alrededor y en su interior.

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