Lesgaicinemad: Argentina y porno el primer día

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Después de toda una sesión de pelis argentinas, en ese gran rescatador que es el Festival Argencine en Madrid, comenzamos nuestro periplo por el Festival de temática lésbica, gay y transexual de Madrid con ese país como lanzador. Se crea siempre la controversia con este tipo de certámenes, por qué se hace distinción entre cine hetero o cine homosexual. Como si se quisieran condenar directamente a la marginación. Pero nada más lejos de la realidad. La Fundación Triángulo lleva dieciocho años haciendo que el cine de temática gay, lésbica y transexual sea visto, apreciado y difundido cada año en salas emblemáticas de Madrid, como el Ateneo Cultural, La Sala Berlanga o La Cineteca de Matadero.

Esta mayoría de edad del festival y los repuntes de la crisis, hacen que haya aumentado este año tanto el número de películas como el de salas. Se vuelve a la mítica Sala Azcona del Matadero y a la Universidad, donde los alumnos de Ciencias de la información y el público de a pie, así como la prensa; podrán disfrutar de varios cuidados coloquios y sus respectivas proyecciones en la Universidad Complutense de Madrid, con sus correspondientes créditos de libre configuración gratuitos. Hace unos años, el Festival recibía aproximadamente unas 700 películas, entre las que se elegían las que se proyectarían en el festival. Ahora el número ha aumentado en lo que se refiera a los últimos años. Se han recibido 400 cintas, que quedan algo lejos de las 700 de antaño. Este año se proyectarán un  total de 88 películas: 18 largometrajes de ficción; 24 documentales; 30 cortometrajes (10 de ellos españoles) y 18 videoartes. El papel de la mujer también crece exponencialmente, de las 88 películas, 29 están dirigidas por mujeres.

Esta edición del Festival no se hubiera podido celebrar sin los Fondos recibidos por Noruega, los únicos fondos que a día de hoy ha recibido el Festival, de cualquier otro patrocinio, gobierno o entidad. Durante el certamen, como cada año, se otorgará el Premio del público al mejor largometraje (con una dotación de 3100 euros); al mejor documental (2100 euros) y al mejor cortometraje (900 euros).  Desde el año 2003 se incorporan también los Premios del Jurado, donde se eligen «por cuestiones culturales, estéticas o sociales, a diferentes filmes. Este año el jurado está compuesto por Juanma Carrillo, Daniela Fejerman, Topacio Fresh, Cristina Manzano Espinosa, Eduardo Mendicutti, Eli Navarro y Bard Ydén. Ellos otorgarán los premios del jurado en las diferentes secciones.

Empezamos ayer, como decíamos, con dos películas de temática gay venidas de Argentina. La primera Hawai y la segunda Solo.

Hawai es el tercer largometraje del director argentino Marco Berger, tras Plan B y la mucho más personal y conseguida: Ausente. Uno de los grandes hitos del último cine argentino, que consiguió el Teddy Bear en el Festival de Berlín. En ocasiones, Hawai recuerda a Ander, aquella película proyectada en Ascaso, sobre la homosexualidad en una comunidad rural vasca, pero aquí se acerca más al Sébastien Lifshitz de Primer verano. Martín es un joven que busca un empleo temporal y que acaba en la casa de Eugenio. Los dos que se conocían de la infancia comienzan un juego de seducción en el que nos preguntamos si no se hubieran ahorrado sufrimiento si hubieran dejado las cosas claras desde el principio. El ritmo es cadente, que no decadente. La búsqueda de un beso se hace tarea casi imposible porque son adultos jugando a ser niños. Hawai es ese paraíso inexplorado con o sin compañía a donde todavía no han llegado.

Su director alcanzó fama internacional con su primer cortometraje: El reloj, y posteriormente con Una última voluntad. Ambos cortometrajes podéis verlos aquí:

Solo es el segundo trabajo en el largo de un director también argentino, Marcelo Briem Stamm. Venía de realizar en 2009, la película Porno de autor. Aquí nos presenta un thriller donde nada es lo que parece. Enfundado en el peligroso pero siempre fascinante mundo de las citas cibernéticas, Solo es un triunfo del cine dialogado, un apasionado guión entre dos amantes hasta hace unas horas completamente desconocidos; entre los que una pregunta sobrevuela desde el inicio: ¿debes fiarte de quién dejas entrar en tu casa? Personajes estudiados y diálogos cuidado en una atmósfera donde la tensión se va haciendo cada vez más irrespirable. Pero el guión aqueja sobre todo en su tramo final de algo de inverosimilitud, no nos creemos, o al menos yo no lo hago, una historia tan cruenta, tan premeditada, tan visceral e inexperada. Lo mejor es su tensión y sus diálogos, lo peor su resolución precipitada. Buenas interpretaciones y sexo bien rodado.

La noche nos deparaba algo de porno, en una sede tan emblemática como llena de historia y de arte como El Ateneo. Pero no, no era sexo explícito ni siquiera homosexual o lésbico. Esta es una película sobre una chica de barrio con muchos problemas para que su familia salga adelante que decide dar un giro de 180º a su vida y comienza a realizar fotografías eróticas. Primero porque se siente una joven y bella (muy lejos de Ozon) de mirada penetrante. Allí en su nueva existencia de lujo y de fiestas, comparte sus días con su compañero de adversidades, un slumdog millionaire Dev Patel que, con un guión vacío y ramplón, quiere conquistar a la chica de sus sueños, que está empezando poco a poco en la industria del porno, que comparte su colchón, pero que ni siquiera se ha fijado nunca en él, como algo más que un amigo. About Cherry de Stephen Elliott. Quizás lo más interesante de esas discusiones vacías sobre su futuro, más allá del atractivo James Franco, sea la interpretación de la siempre acertada Lili Taylor.

Sin duda la peor de las tres películas, porque el cine americano de temática homoerótica, normalmente suele defraudar las expectativas.

 

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