LAS NIÑAS (Pilar Palomero, España, 2020)

Pilar Palomero realiza su primer largo de ficción después de dirigir cinco cortometrajes y un mediometraje documental. Un sensible retrato de una tierna adolescencia en los 90 en España que BteamPictures estrena en cines. 

Leo en la mayoría de medios que este es el debut en la dirección de esta cineasta, debe ser, yo ya doy la batalla por perdida que tener seis películas anteriores no cuenta (cinco cortometrajes y un mediometraje documental). Pero bueno, allá cada cual.

Si pudiéramos con una sola palabra describir lo que significó el visionado de esta bonita película sería: sensibilidad. La que Pilar Palomera logra contagiar a sus intérpretes, la que la niña Andrea Fandós consigue para que sintamos las emociones de Celia; la que la dirección artística de la película nos retrotrae a principios de los años 90 o a esas escuelas segregadas católicas apostólicas y romanas que todavía parecían formar parte más del último franquismo que de una transición ya asentada.

El reflejo de estas emociones exclusivamente desde el lado femenino empodera a la película y consigue que los varones sólo aparezcan como deseo de sus protagonistas. La mirada femenina y la fuerza con la que esta película aparece en nuestra cartelera después de grandes críticas en la sección Generation de la pasada berlinale y de conseguir la Biznaga de Oro a la mejor película en el Festival de cine de Málaga, la convierten sin duda en una de las grandes películas españolas del año y que esperemos que tenga repercusión en las nominaciones de los Premios Goya.

Se viene a la mente constantemente y salvando las innegables distancias Verano 1993, el debut en el largometraje después de tres cortos de Carla Simón, que también se llevó la biznaga en Málaga.

Pilar Palomero basa el guión en experiencias vividas, pero también en una investigación sobre aquellos años que nos lleva también al rigor con el que Paco Plaza nos presentó su cuento tenebroso Verónica.

Se tocan la libertad, la sexualidad, la rebeldía, los secretos, las distancias materno filiales, las bromas, las amistades truncadas, los comentarios y burlas de las «enemigas», el qué dirán, las buenas costumbres, la religión, la rectitud y la vida más allá de que tus aspiraciones sean hacer todo bien para que Dios no se enfade. Porque quizás de lo que más habla esta película es de que en una supuesta transición democrática en un país en el que se decía incluso en la constitución que era laico, el peso de la religión en todos los organismos pero sobre todo en la educación era preponderante, preocupante, censor y muy parco en libertades. No se permitía en nuestras escuelas ser un verso libre, explorar cualquier cosa que no tuviera cabida en el comportamiento ejemplar de su rebaño, léase como comportamiento ejemplar no salir con los amigos, no sentarse con un chico, no llevar una falda demasiado corta o no escuchar pop o rock que pudiera pervertir a sus oyentes.

Todo eso en una familia monoparental, un hogar creado y sustentado por una joven madre que está espléndida en su papel y que se encuentra siempre con los reproches de una niña a la que le llega la libertad por otros lados, que todo lo cuestiona. La película destila humanidad, es muy real y ahí radica su fuerza.

Algunas de las escenas más bonitas tienen que ver con la música, con su exploración y descubrimiento a través de aparatos como radios o walkmans, los radiocasettes o porque muchas veces las cosas más intensas y llenas de emoción de nuestra vida, como los primeros besos, los primeros líos, los botellones, las salidas con amigos tienen música de fondo y momentos irrepetibles. Suenan Héroes del Silencio, Niños del Brasil o Chimo Bayo.

Pilar Palomero, Andrea Fandós y el resto de niñas, hacen que este viaje sea inolvidable y que el camino de Celia en aquellos años y a esa edad lo hagamos todos con ella. Revivamos con nostalgia, con sensibilidad, con cariño y con una pizca de dolor melancólico, aquellos dulces (o más amargos) momentos.

Lo bueno, lo bonito, es que no hace falta ser niña, o ser mujer o haber vivido esa época, o haber estudiado en esas escuelas para conmoverse. No hace falta que te guste Chimo Bayo para cantar o querer descubrir esa música. No hace falta ser creyente. Las niñas conmueve por la universalidad con la que se nos habla de las diferencias generacionales, de la idiosincrasia española, de las relaciones materno filiales y de las amistades, tan importantes en esas tiernas edades. Todas esas cosas son atemporales.

Festivales y premios: Festival de Berlín 2020.

Festival de Málaga: Biznaga de Oro (mejor película), fotografía y Premio Feroz

Sinopsis: Año 1992. Celia, una niña de 11 años, vive con su madre y estudia en un colegio de monjas en Zaragoza. Brisa, una nueva compañera recién llegada de Barcelona, la empuja hacia una nueva etapa en su vida: la adolescencia. En este viaje, en la España de la Expo y de las Olimpiadas del 92, Celia descubre que la vida está hecha de muchas verdades y algunas mentiras.

NOTA: 8

 

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