Holy Spider (Ali Abbasi, Dinamarca, 2022)
Ali Abbasi director y guionista nacido en Teherán y afincado en Dinamarca, estrena Holy Spider. Tras la inclasificable y multipremiada Border, construye un thriller cargado de contenido social, inspirado en una desgarradora historia que conmocionó a Irán hace un par de décadas.
Preseleccionada para mejor película internacional en los Oscar por Dinamarca, tuvo que rodarse en Jordania para sortear los evidentes problemas en el lugar original.
En la ciudad sagrada de Teherán aparece un asesino en serie (Mehdi Bajestani) con la tarea de “la limpieza moral de la ciudad” y su objetivo es la mujer, drogadicta y prostituta; poseedora de todas las capas de discriminación aplicadas en la sociedad.
Aunque el número de muertes aumenta, el interés general disminuye tras la sorpresa inicial y desaparece de la prensa, no es una prioridad para la policía y en general a la sociedad parece no importarle demasiado. Incluso las propias mujeres con vidas socialmente aceptadas, ósea aquellas que viven bajo el yugo de un brutal estado patriarcal y teocrático sin caretas, ven a las fallecidas como extraterrestres, como seres sin ningún punto en común con ellas.
Es otra mujer (interpretada por Zar Amir Ebrahimi, iraní de nacionalidad francesa, mejor actriz en Cannes 2022), situada fuera del canon imperante, quien, saltándose todas las prohibiciones, consejos y sensatez, es capaz de comerse su propio miedo y ponerse en serio peligro para hacer algo de justicia a estas mujeres.
La forma en que Abbasi nos presenta la historia es brutalmente explícita con momentos gore, es oscura, sucia y sombría. Vemos la sordidez, el horror en que viven estas mujeres de las calles, la suntuosidad de los templos y al mismo tiempo el calor de las familias para cuidarse y protegerse.
En el ambiente en que se desarrolla la trama, todo parece posible, la impunidad y el perdón de un asesino confeso.
Espeluznante la reacción del hijo, cargado de fanatismo y admiración en la mirada y con la complicidad de su madre (Forouzan Jamshidnejad), piensa en su padre como un héroe y muestra el camino a seguir, ofreciéndose a sí mismo para continuar el trabajo de su progenitor.
Las dos caras del monstruo, buen padre de familia y asesino en serie. Con necesidad de reconocimiento social de los miembros de su credo, que en gran parte consigue.
El final es desconcertante ¿vivimos una ilusión? ¿tanto esfuerzo para nada? ¿Qué parte es realidad y cuál trato?
Es una película difícil de ver, peor si eres mujer. No es una sorpresa que la mujer cuando vive en comunidades fuertemente religiosas o en estados teocráticos como Irán no sea considerada una ciudadana de pleno derecho, pero verlo en pantalla siempre es sobrecogedor.
Festivales y premios:
Sinopsis: Irán, 2001. Una periodista de Teherán se sumerge en los barrios con peor reputación de la ciudad santa de Mashhad para investigar una serie de feminicidios. Pronto se dará cuenta de que las autoridades locales no tienen ninguna prisa por resolver el asunto. Los crímenes son obra de un solo hombre, que asegura purificar la ciudad de sus pecados y que ataca a prostitutas por la noche.