El insulto (Ziad Doueiri, Líbano, 2017)

Ziad Doueiri (Lila dice) firma para su país Líbano esta película que ha conseguido la nominación al Oscar a mejor película extranjera hablando sobre la imposible reconciliación entre musulmanes palestinos y cristianos libaneses. La película se estrena en cines este 16 de marzo gracias a Sherlock Films.

Ziad Doueiri se curtió como primer operador de cámara junto a Tarantino (atención porque lo fue desde sus inicios, de Reservoir Dogs pasando por Pulp fiction y hasta Jackie Brown…) En su periplo de director prefiere excavar en las heridas de Oriente Medio. En esta ocasión cogiendo la parte por el todo. Centrándose en una anécdota social que bien podría ocurrir en la actualidad libanesa, para extrapolar su descubrimiento a un análisis mucho más visceral y exhaustivo de toda la sociedad libanesa que enfrenta de manera voraz a musulmanes y cristianos. Ese juicio personal, irrisorio, fortuito, simboliza todos aquellos que nunca tuvieron lugar y que acallaron más de 200.000 desapariciones en la Guerra del Líbano.

Es cierto que el objetivo de rescatar de la memoria ese hecho, intentando ser lo más objetivo posible, le queda muy grande al cineasta, pero no deja ser una película amena, bien realizada y bien escrita que invita a la reflexión en la sociedad actual, a nuestras creencias, procedencias y costumbres y a como no debemos imponérselas a los demás.

Lo difícil de esta cinta era conseguir que esa aparente previsibilidad, guión inocuo y anecdótico y su esquemática rutina no llegaran a ser pretenciosas en sus objetivos, dogmáticas en sus formas o panfletarias en su exagerado didactismo. pero Doueiri pasa el examen con un notable por dotar a sus personajes de vida, por no querer ser demasiado pretencioso, por saber extrapolar el conflicto interno a las calles, al igual que ocurriría en España, si en lugar de hablar de cristianos y musulmanes, se hablara de republicanos o nacionales… Intenta además equilibrar el cupo de ofensas entre un pueblo y otro pero aún así afirma cosas como esta:  «La izquierda de mi país me odia, porque en mi película se dice que los palestinos también cometieron atrocidades en la guerra». Ziad Doueiri, en la entrevista que Phillip Engel le realiza en el número de marzo de la revista Fotogramas. La memoria, el revisionismo, hace que los pasados de dus dos protagonistas salga a la luz, como lo hace toda la sociedad libanesa y sus crímenes.

La cinta está bien interpretada, bien guionizada y bien dirigida, sin histrionismos ni florituras porque la película no lo requiere. No veo por ninguna parte ese discurso panfletario, subjetivo y edulcorado que buena parte de la crítica aduce. Sus personajes tienen muchísimas capas que nos permiten empatizar, sin tener en cuenta sus creencias ni sus procedencias. Y eso hace que la balanza no se decante para ninguno de los dos lados. Se expone todo con sus pros y sus contras. Nada es blanco ni negro, ni bueno ni malo. Sí es cierto que la película pierde fuelle en las salas judiciales, cuando quiere extrapolar todo el conflicto a toda la sociedad libanesa. Quizás no habría hecho falta. Quizás el espectador sea mucho más inteligente de lo que los creadores(algunos, buenos y malos) se piensan. Quizás la metáfora habría sido mucho más potente sin sacar en ningún momento la historia de la cinta de las propias vidas de sus dos protagonistas.

Ziad Doueiri junto a su ex mujer cristiana Joelle Touma (él es suní de nacimiento), ha escrito el guión de tres largometrajes importantes: Lila dice, El atentado y la que nos ocupa El insulto y están camino de terminar el guión del cuarto largometraje escrito conjuntamente: Vivimos a 100 metros, que trasladará su acción a Siria, en un intenso programa de televisión con un detector de mentiras. Si dice la verdad, acumula dinero… Un Slumdog Millionaire menos edulcorado y academicista, será arduo y peligroso.

Sinopsis: Toni, cristiano libanés, riega las plantas de su balcón. Un poco de agua se derrama accidentalmente en la cabeza de Yasser, palestino y capataz de una obra. Entonces estalla una pelea. Yasser, furioso, insulta a Toni. Él, herido en su orgullo, decide llevar el asunto ante la justicia. Comienza así un largo proceso en el que el conflicto tomará una dimensión nacional, enfrentando a palestinos y cristianos libaneses. 

Premios
Premios Oscar: Nominada a mejor película de habla no inglesa
Festival de Venecia: Mejor actor (Kamel El Basha)
Seminci de Valladolid: Premio del público
Premios David di Donatello: Nominada a Mejor film extranjero
NOTA: 7

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