El cuervo (Rupert Sanders, Estados Unidos, 2024)
Bill Skarsgård se pone en la piel de El cuervo en este remake dirigido por Rupert Sanders, que viene con críticas espeluznantes.
Y no es para menos. Un bodrio considerable, que no consigue justificar su existencia en ninguna parte de su metraje. Vale que la sombra de Brandon Lee era afilada, más por la leyenda que por otra cosa, pero realizar una película de la nada con la única pretensión de que su hiperviolencia la justifique debería hacérselo mirar a los grandes estudios.
Para un espectador que no esté familiarizado con el mundo de El cuervo, necesita una explicación y una explicación, es eso, un personaje que en alguna escena cuente el leitmotiv de la cinta, no una sobreexplicación durante todo el metraje con un sinfín de escenas y personajes.
Se apuesta claramente por el atractivo fisico innegable de Bill Skarsgaard, el protagonista del Remake de It, para intentar convetirlo en un personaje inolvidable. Y lejos de que posiblemente ocuparía mi carpeta adolescente, por cualidades que no necesitan explicarse, de personaje inolvidable tiene lo mismo que yo de torero.
Fallida, tediosa en su primera parte, sobreexplicada, videoclipera en muchas escenas, repulsiva según la muerte que se perpetre. The crow lo tiene todo para conseguir lo contrario a lo que se proponía, el absoluto olvido. Y mucho me temo, que así será también en taquilla.
Sinopsis: Eric Draven y Shelly Webster son brutalmente asesinados cuando los demonios de su oscuro pasado les alcanzan. Ante la oportunidad de sacrificarse para salvar a su verdadero amor, Eric se propone vengarse despiadadamente de sus asesinos, atravesando el mundo de los vivos y los muertos para saldar sus deudas.