Amazing Grace (Alan Elliott, Sydney Pollack, Estados Unidos, 2018)

Cinco décadas después, accedemos a la grabación en directo del concierto de góspel que la diva de la canción Aretha Franklin dio en una iglesia de Los Ángeles en 1972. 

Sidney Pollack lo rodó en 1972, pero nunca acabó de terminarse por problemas técnicos. Pollack era un cineasta de éxito por aquella época. Sus dos últimas películas eran Danzad, danzad malditos y Las aventuras de Jeremiah Johnson, esta última para el estudio Warner. Entonces le pidieron que rodara un concierto en directo, en realidad la grabación de un nuevo disco con las canciones de la infancia de la diva de la música Aretha Franklin. Aceptó conmovido y se llevó a un equipo al set que no había grabado nunca música en directo. Los problemas técnicos aparecieron porque nadie utilizó claqueta, se registró por una parte el sonido y por otra la imagen y sin esa claqueta en una grabación sonora, es altamente complicado encontrar la sincronización en cada uno de los temas.

El proyecto se abandonó durante décadas y en el año 2018, gracias a la producción de Spike Lee

Durante dos noches, Aretha Franklin junto a su banda habitual y al coro Southern California Community Choir desgranó su repertorio góspel en el New Temple Missionary Baptist Church. El disco grabado esas dos noches: Amazing Grace, publicado en 1972 es uno de los discos de góspel más vendidos de la historia.

Pareciera la película una base experimental para grabar conciertos en el futuro; un eslabón perdido en la forma del hoy, con zooms, posiciones de cámara arbitrarias y poco cuidadas, una ausencia casi plena de los músicos de Aretha y una excesiva preponderancia de ella. Asistimos a un momento único en la historia como meros observadores, contemplamos su arte y es arrollador, pero como experiencia audiovisual necesitamos mucho más.

 

Sinopsis: En enero de 1972, la gran Aretha Franklin actuó durante dos días dando un concierto de gospel en la Iglesia Bautista Misionera New Temple en Watts, Los Ángeles, grabando lo que se convertiría en su álbum más vendido, «Amazing Grace». Las sesiones fueron filmadas por un equipo de rodaje liderado por el director Sydney Pollack, pero el material de archivo terminó en una bóveda y ha sido durante 4 décadas uno de los tesoros cinematográficos perdidos de la música del siglo XX. Antes de la muerte de Pollack en 2008, el directo expresó su deseo de que se completara la película, y el productor Alan Elliott lo abordó con un equipo de gente apasionada con el proyecto.

Nota: 5

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