Passages (Ira Sachs, Francia, 2023)

Si juntamos en una misma película la dirección siempre elegante y provechosa del estadounidense Ira Sachs y la acción la situamos en un drama romántico explosivo, un triángulo de amor imposible interpretado por  Franz Rogowski, Adèle Exarchopoulos y Ben Wishaw, con personalides muy dispares y elegantes, cada uno de ellos, nos encontramos ante Passages, quizás una de las grandes películas del año. 

Se puede hablar de un triángulo amoroso de muchas maneras, desde la comedia, desde la violencia, desde el drama. Se puede hablar también directamente desde el sexo y desde sus aristas, de los cambios, sexuales y dramáticos que acontecen entre cada dos, y esto es lo que propone Ira Sachs.

Passages juega sus cartas ante el rutilante atropello del azar. La aparente normalidad y rutina de una pareja homosexual se ve interrumpida y cortocircuitada por la aparición de una mujer cuya presencia y belleza arrebata cualquier atisbo de duda.

No es sencillo captar la necesidad y la intensidad del deseo y ser a la vez un aventajado observador de la sensibilidad humana, algo, esto último, de lo que adolecen muchas creaciones audiovisuales contemporáneas.

Es uno de los mayores hallazgos del film, el como puede plantear el trío, de consecuencias dramáticas evidentes, sin que los tres lleguen a coincidir nunca. La película es una suerte de escenas de cama y conversaciones a dos, sobre lo que implica mantener la otra relación a salvo. Sobre los torbellinos emocionales y evidentemente sexuales con una complicidad y sintonía dentro y fuera de la cama, difícil de explicar sobre todo entre los imantados Ben Wishaw y Franz Rogowski, ¿podemos ya decir que son unos intérpretes excepcionales? Sin desmerecer al lado femenino del triángulo, Adele rezuma sensibilidad, poesía, inocencia, pero a la vez perversión. Todo lo que necesita su personaje y la película.

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Hablemos también de las propias extravagancias corporales de los actores protagonistas. Los tres cuentan con un físico portentoso pero que arrebata más por su extrañeza que por seguir los cánones de belleza habituales. Mientras Ben Wishaw parece la serenidad, la amabilidad, la contención, el raciocinio; su marido Franz Rogowski es la explosividad, la imprevisibilidad, la fuerza de la naturaleza, el hacer más que pensar y Adele Exachorpoulos es el prodigio de la naturaleza entre el deseo y la inocencia que a priori pegaría más con Ben Wishaw pero que se complementa con la fuerza arrebatada y arrebatadora de un Franz Rogowski sublime (como ya demostró en Great Freedom).

La película apela al espectador más exigente, más aletargado, en la búsqueda de todos los lenguajes no verbales en cada tránsito, en cada reencuentro. Apela a disfrutar del sexo más apasionado y el más sexualizado; apela a dejarnos llevar, a enamorarnos, a confundirnos, a desearnos y cómo no a perdernos en un camino de ida y vuelta, como es el amor. Y por ello, y por mucho más, Passages es una de las películas del año, una cinta a la que volveremos para descubrir muchas más aristas.

 

Sinopsis: Durante su último día de rodaje en París, el director de cine Tomas se acuesta con Agathe, una chica que conoce en una discoteca. Cuando Tomas se lo cuenta orgulloso a su marido Martin, surge una relación apasionada entre los tres marcada por la pasión, los celos y el narcisismo.

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