1945 (Ferenc Török, Hungría, 2017)
Festival Films estrena esta película húngara que estuvo en la sección Panorama de la Berlinale. Una cinta sobre la culpa, sobre el ser humano y sus maldades y sus contradiciones. Una cinta sobre la memoria y la guerra y la denuncia aunque conllevara la muerte.
Es curioso que para recordar las cosas más cruentas que ha hecho el ser humano sólo podamos verlas en blanco y negro; parece como si los recuerdos de las guerras se dibujaran en los imaginarios únicamente en blanco y negro, en ausencia de ese color que debió teñir la Tierra que es el rojo. Sea porque no lo entenderíamos de otra forma, al menos de una forma tan sutil, vistosa y emocional; o sea porque la historia narrada pedía a gritos ese blanco y negro para que no nos distrajéramos los sentidos con texturas y colores diversos y nos centráramos en el mensaje, lo cierto es que el blanco y negro de 1945 es tan elegante como necesario.
Ferenc Török dirige un drama poético y humanista que tiene a una Hungría rural, asediada por las fuerzas soviéticas que la ocupan y que no son bien recibidas por los autóctonos. y con un pasado de dolor y sufrimiento y de denuncias. Un cariz de vencedores y vencidos, de los que alcanzaron el poder y la gloria y los que fueron deportados y asesinados.
En esas primeras secuencias de la película, en la que esa comunidad rural entronca con la mucho más ambiciosa, meticulosa y perfeccionista La cinta blanca del maestro Haneke, se nos dibuja y entendemos que ese lugar será uno de los personajes principales de la cinta. En esa apacible comunidad de la que hablábamos, llega un tren con dos judios ortodoxos que parecen amenazar la humilde aldea, coincidiendo con la celebración de la boda del hijo del secretario con una campesina, un arreglo matrimonial no querido pero necesario para acallar rumores, para conservar tierras expropiadas y para olvidar la culpa, la maldad y la destrucción. A través de la radio, escuchamos que las ciudades de Hiroshima y Nagasaki acaban de ser atacadas con la peor arma utilizada nunca: la bomba atómica, y con ella, situamos la acción en esa vorágine convulsa de muerte, destrucción y que sacó a relucir lo peor del alma humana, ¿Pero todo quedo alli?
Haneke se hace mucho más patente en el racismo con que Török nos habla no del antes sino del después de la Guerra, todo lo que se avecina, las heridas no cerradas y que ahora demandan su respuesta. Y es que 1945 nos habla de esos fantasmas del pasado, que vendrán con sed de venganza, de esos expulsados, denunciados, vilipendiados, que regresarán a recuperar su parte del pastel, en tierras, posesiones u orgullo.
1945 se basa en la novela del escritor judío húngaro Gábor T. Szántó Homecoming, él mismo escribe el guión de la película junto a su director Török. Y con un sensible retrato nos transporta a ese año históricamente reseñable, que pareció poner fin a uno de los periodos más tristes de la Tierra, pero que dejó demasiados campos abiertos. Por algo el pesimismo sobrevuela la cinta desde el primer minuto, pero parece tener un hálito de esperanza en un final irredento, oscuro, con un humor negro corrosivo y a la vez espeluznante. Sin duda, 1945 es toda una sorpresa.
Sinopsis: Un sofocante día de agosto de 1945, los habitantes de un pueblo se preparan para la boda del hijo de un funcionario del ayuntamiento. Mientras, dos judíos ortodoxos llegan a la estación de tren portando dos misteriosas cajas. El funcionario teme que los hombres sean hijos de los judíos que fueron deportados, que vienen a reclamar las propiedades que ahora tienen ellos de manera ilegal, perdidas por sus dueños durante la 2ª Guerra Mundial. Otros lugareños tienen miedo de que vengan más supervivientes y de que éstos representen una amenaza para las tierras y las posesiones que ahora reclaman como suyas.
NOTA: 7