11º Festival de cine europeo de Sevilla: La droga, la prostitución, la locura y la nada en sección oficial
Un festival suele tener sorpresas que llenan de sentido una cita. Suelen estar los nombres pesados que defraudan y los descubrimientos de cineastas a los que seguir y admirar. Seguimos con nuestro repaso a la sección oficial que mañana mismo un jurado compuesto entre otros por Nora Navas y Carlos Vermut, darán a conocer el palmarés. Estos son otros seis largometrajes vistos aquí y como en ese primer post por orden de preferencia:
1) Heaven Knows what de Ben Safdie, Joshua Safdie. No conocíamos demasiado de la película por no decir nada. La palabra heroína (del mundo de las drogas) deambulaba como fiel fantasma, amo y señor de cualquier tipo de voluntad. Las calles de Nueva York rugen y ese «amor loco» teenager en el que se basa la película ejerce como espina dorsal del relato. Son jóvenes, perdidos de todo y no saben cómo vivir, pero sí cómo obtener la última papela o inyección.
Su vida transcurre entre gritos, peleas, apuestas al límite, sangre, sudor y lágrimas. Entre robos y decepciones. Esta cinta con más aroma americano que europeo, cae del lado de los descubrimientos y los aciertos. Lleva la firma de dos jóvenes cineastas y el espíritu glamouroso y a la vez decrépito de las calles obreras y pobres de Nueva York. Son jóvenes, insultantemete atractivos, lo podrían tener todo a sus pies y, sin embargo, sólo tienen la droga. Y para obtenerla , locuras, engaños, robos, decepciones, asesinatos, intentos de suicidio… Nada es bonito en esta cinta y todo es bastante explícito pero era necesario. No se limitan sus creadores a observar sino que nos señalan como omisores de socorro, como faltos de empatía y humanidad. El relato está basado en una novela y en los escritos callejeros de la que se convertiría en protagonista invouluntaria de su protagonista (una grata mirada ahora lejos de las calles, de las drogas y reconvertida gracias a esta cinta en estella de cine). Una joven de 19 años que llevaba cinco viviendo en las calles. El resultado, un experimento realista posmoderno con el sonido y la música estridente y tecno como telón y con la inocencia, la infantilidad, la drogadicción y el «amor loco» (título original de la novela») como punto de partida. A caballo confeso entre documental y ficción entre documental y ficción: Entre el Larry Clark de Kids; el Lukas Moodyson de Lilya 4-ever y la mezcla casi perfecta de actores profesionales (por ejemplo Caleb Landry Jones) y no profesionales. La película vuelve a ser un triunfo. Y se debería tener en cuenta para el palmarés.
2014 Toronto Int. Film Festival: Safdie Bros.’ Heaven Knows What from IONCINEMA.com on Vimeo.
2) Hungry Hearts de Saverio Costanzo. Le comentaba a una crítica compañera en estos lares andaluces, lo que me estaba sorprendiendo el cine italiano este año, sin ser películas perfectas: El capital humano y Hungry Hearts, juegan en la liga de los ganadores. Esta peli consiguió dos copas volpis de interpretación en el pasado fesctival de cine de Venecia. Y a juzgar por su composición y por su intensidad son bien merecidas. Los responsables de tamañas interpretaciones son: MEJOR ACTOR (ADAM RIVER) y MEJOR ACTRIZ (ALBA ROHRWACHER) ¿la historia? Nueva York. Mina quiere preservar la pureza de su niño y protegerlo de la contaminación del mundo externo. Por amor, Jude la apoya hasta que, un día, descubre que su hijo no crece y que su vida corre peligro.Aquí Marco Franzoso pone la novela en la que Saverio Costanzo basa esta historia. El director es el responsable de una más que curiosa e inquietante ópera prima: Domicilio privado y también es el responsable de otra adaptación muy aplaudida: La soledad de los números primos. ¿y qué la hace única y necesaria? Su capacidad para jugar a los géneros, desde el drama, la comedia romántica, el thriller e incluso el terror. Se conocen en un baño de un restaurante chino con la puerta atrancada. Con una elipsis similar a la utilizada en Up pasamos de esa escena a verles conviviendo y a que enseguida pase a quedarse embarazadal, ahí como en La semilla del diablo es cuando surge el conflicto, cuando queda planeada la trama. Pero nadie se imagina, lo que está por llegar. ¿Se imaginan que esa atractiva, cariñosa y amorosa mujer con la que compartan existencia, está dispuesta a acabar con la vida de su hijo por no alimentarle; por desconocimiento o por locura? La intensidad va in crescendo y tiene sus mejores momentos en los dilemas morales que se plantean y los peores en la radicalidad de sus acciones a veces un poco increibles. Lo mejor no es el guión ni mucho menos sino esas interpretaciones magistrales y una dirección que contribuye a crear una atmósfera malsana donde todo puede pasar. Bravo!
3) The Smell of us de Larry Clark. Llegar a una ciudad como Sevilla, acudir a un Festival de cine europeo y encontrarte por ser una coproducción con la última creación de uno de los más provocadores, irreverentes y libres cineastas y fotógrafos americanos: Larry Clark es una pasada. Se puede decir y no faltamos a la verdad, que desde que Clark empezó a fotografiar a jóvenes chaperos y drogadictos en los años 80, posiblemente lleve haciendo la misma película, más o menos estilizada, más o menos bizarra, la mayoría de las veces. De ahí a decir que The smell of us es Kids en versión gay como escuché a un ¿crítico? el otro día por aquí, me parece lejano de la realidad. Más bien porque gay u homoerótico (digamos mejor libre de sexualidades) lo ha sido siempre. Eso es también su cine, cine libre, de vuelta de todo, libre de juicios morales, de tabús sexuales, de ideologías. Cuentan más los cuerpos, sus fechorías, sus olores, sus sensaciones, sus palabras, sus acciones y sus inacciones, lo que sufren, lo que sienten. También he escuchado comparar esta cinta con Paranoid Park, debe ser que cualquier película que vaya a tratar sobre skaters también la compararán con esa otra obra magna de Gus Van Sant. No sé, no me gustan las comparaciones, me gusta el cine de Clark porque es visceral, teenager, provocador, excesivo, muy instagram, posmoderno y con escenas bizarras y muy burras. Incestos y cine grotesco en ocasiones. Haga lo que haga, siempre será interesante, de eso estoy seguro y siempre será un maestro como pudo atestiguar uno de los directores de Heaven knows what.
4) Cavalho Dinheiro de Pedro Costa. No es el portugués Pedro Costa un cineasta de masas, un cineasta, ni mucho menos sencillo. Y menos si su última ardua creación te la ponen a las 9 de la mañana. Crítica política, crítica antibelicista a través del documental, de la palabra, de los sueños recreados, de una fotografía increible llena de claros oscuros y del temblor y la ausencia de humanidad. Cine portugués muy de autor, que no contenta a todos.
5) El camino más largo para volver a casa. Dirige el catalán Sergi Pérez la única película española a concurso este año. Protagoniza Borja Espinosa y se luce sin duda, un papel a medida que no tiene más que eso. Una película de premisa la mar de sencilla más cercana al cine indie americano que al Low cost español. Un joven viudo se deja las llaves dentro de casa y pasa todo un día fuera expurgando sus miedos y fantasmas. Con un perro que es tanto fiel compañero como objeto de sus males. Otra cosa interesante en la cinta es la utilización del sonido, su caos está fuera y por tanto las estridencias y el sonido ensordecedor del ambiente está fuera; en el coche o en la casa que es su cueva, está el silencio o la música. En su vida, la desesperación, el miedo, la ausencia. Su ausencia y la soledad. Todo duele. Cualquiera se puede sentir identificado con este protagonista feroz y debilitado pero no nos es suficiente.
6)La sapienza. La cinta ladrillo del festival. Un verdadero coñazo sin emoción ni generación de empatía ninguna. Alexandre Schmitdt, arquitecto francés poseedor de una brillante carrera, y su mujer, Aliénor, socióloga especializada en contextos sociales difíciles, es una pareja que comparte una inquietud profunda sobre sus respectivos oficios. Entre ellos se ha creado un silencio que puede acabar comprometiendo de forma irreversible su relación. Consciente de la necesidad de salir de esa situación, Alexandre decide retomar un proyecto importante para él pero abandonado hace ya demasiado tiempo: escribir un texto sobre el arquitecto barroco Francesco Borromini. Necesitada de tomar distancias con su propio trabajo, Aliénor decide acompañarlo, pero en Stresa sus destinos se separan momentáneamente para volver a reunirse, en una especie de renacimiento final absolutamente necesario. En fin… Y con eso ya sólo nos quedan otras cinco por analizar. Posiblemente mañana. Ahora a disfrutar de lo nuevo de Fernando Melgar: L’abri en Nuevas Olas y de la cinta que ganó en Venecia y la última de Resnais en Sección oficial.