64º Festival de San Sebastián. Día 4
QUE DIOS NOS PERDONE Sorogoyen es pretencioso y está encantado de haberse conocido pero le sale un thriller correcto. Tiene algunos momentos inolvidables, sobre todo la interpretación de un Roberto Álamo que se sale de pantalla y la persecución de un asesino esquivando a seguidores de Benedicto (equis, uve, palito, como clamaban) por las calles de Madrid. Que Dios nos perdone si blasfemamos en vano, pero, sin duda, está cinta va a lucharle todo a Tarde para la ira en
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