Zinemaldia. Festival de San Sebastián. Día 1: Mommy se come incluso La isla mínima.

La tercera vez en esta ciudad maravillosa y como suele ocurrir las películas que concursan por el premio del público en la Sección Perlas (de otros festivales) se comen al resto de secciones y candidatas.

xavier-dolan-mommy-affiche_0Mommy es la quinta película de un chaval que con tan sólo 25 años ya ha realizado cinco cintas que han optado a los mejores premios y en los festivales de cine más importantes del mundo. Sin ir más lejos el joven canadiense Xavier Dolan alcanzó ex aequo el Premio del Jurado de la sección oficial con este cuento postmoderno sobre la dificultad de ser madre. El otro cineasta con el que compartió el premio era ni más ni menos que el inventor del modernismo cinematográfico, el gran Jean Luc Godard con Adieu au language, que dentro de unas semanas se proyectará también en Sitges. Unos insultantes 25 años y el chaval cuenta con, para el que escribe estas líneas, con dos obras maestras. Hagamos un repaso rápido a su carrera hasta el momento, sobre todo para aquellos que aún no se hayan decidido a ver alguna de sus cinco cintas; háganl0, lo agradecerán:

Yo maté a mi madre es un debut digno de una persona mucho más vivida y experimentada. Es una ópera prima sensible y redonda, que se complementa con la más Godardiana de todas: Les amours imaginaires.

Su salto al olimpo fue la cinta Laurence Anyways para lucimiento de sus dos actores protagonistas: Suzanne Clement y Melvil Poupoud, antes visto por ejemplo en El tiempo que queda. Después llegó su paso atrás: Tom en el granero que fue, eso sí, sección oficial en el Festival de cine de Venecia y consiguió unas fantásticas críticas.

Esta película que nos ocupa y que se estrena el día 21 de noviembre del 2014 gracias a Avalón Distribución, se convierte desde ya en una de nuestras películas preferidas de este 2014. Vayamos a su premisa: En una Canadá ficticia, una nueva ley permite que los padres angustiados abandonen a sus hijos con problemas en el hospital. Diane «Die» Despres, una viuda decidida, intenta educar a Steve, su carismático hijo que padece ADHD. Mientras que ambos tratan de ganarse la vida, Kyla, una vecina misteriosa ofrece su ayuda. Como la presencia reconfortante de Kyla es cada vez más intensa, surgen preguntas acerca del misterio de su vida y el vínculo que podría unirle a Steve y Die.

Construye para su quinta cinta, un drama distópico este atractivo joven canadiense que es un chico orquesta, un niño prodigio que inculca su melomanía a cualquier espectador que se acerque a su cine. Anne Dorval, que aquí realiza el papel de Die la madre, dolida pero fuerte, una interpretación simplemente magistral, ya había trabajado con el director en Yo maté a mi madre y en Los amores imaginarios; y como era de esperar Suzanne Clement también repite después del portentoso retraso de la novia paciente y enamorado de un hombre que quiere ser mujer en Laurence anyways. Ayer se conoció también que Mommy será la representante de Canadá en la próxima edición de los Premios Oscar.

Si la estética es uno de sus fuertes; si sus detractores vienen a rechazar normalmente su pulso narrativo, sus imágenes ralentizadas y la utilización constante de músicas modernas, entre las que destacan el wonderwall de Oasis; esta vez Dolan se supera y construye una película casi perfecta. Pecaba de parecer un telefilm de ciencia ficción dramática; pecaba en su trailer de ser demasiado lacrimosa, pero Dolan vuelve a lanzar su dardo, a sorprender, a agitar y a dejar boquiabierto a todo el personal. No hay tiempo casi para dobles visionados, pero que conste, que lo pensamos seriamente. En Madrid repetiremos, porque esta relación madre-hijo, esta necesidad de querer cuando apenas se puede; la necesidad de comprender aunque sea tan difícil, nos ha tocado en lo más fondo del alma. Gracias Dolan, porque tu cine NOS HACE FELICES.

No sólo de Dolan vive San Sebastián y de hecho ayer se presentó en la Sección oficial la película más esperada para público y crítica. Agotó sus entradas a dos días de ponerse a la venta. Se trata de La isla mínima, la nueva cinta de Alberto Rodríguez, que es el responsable de las más que correctas: After, Grupo 7 o 7 vírgenes.

La_isla_m_nima-276450591-largeEs Andalucía, es el año 1980, un año muy convulso y dos policías encarnados por el infravalorado (esperemos que desde esta cinta menos) Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo tienen que resolver los asesinatos de varias niñas, entre ellas dos hermanas, que están teniendo lugar por la zona. No dejaría de ser un thriller más, pero al estar dirigido por Alberto Rodríguez, la técnica y el cuidado y detalle para narrar la situación adquiere caracteres épicos. Como decíamos ayer por Twitter, ya no vale de excusa lo de «es que es española».

Sumérjanse en una historia policiaca, déjense guiar por un guión sin demasiadas sorpresas pero sí con puntos de giro considerables; disfruten de una interpretación que se recordará y esperamos que esta cinta tenga su recompensa sea aquí en San Sebastián o en los Goya.

Lo demás que vimos este primer día es meramente anecdótico. Recordar que ayer se entregó el Premio Donostia a Denzel Washington, que venía para presentar como película de inauguración The equalizer de Antoine Fuqua, o como decían algunos compañeros que perdieron su tiempo en verla. «Un transporter dirigido por Wong Kar Wai» Y no lo digo por la maestría del hongkonés evidentemente, sino por sus planos excesivamente ralentizados, para una película donde la acción y el tempo rápido debería ser una máxima.  Habría que pensar para empezar porque siempre eligen cintas tan insulsas para inaugurar el certamen donostiarra.

P_tit_Quinquin_TV-807599045-largeNosotros a primera hora nos decidimos por una simpática cinta dirigida como una tv movie por Bruno Dumont: Ptit Quinquin (él también suele ser un amigo del festival, y responsable de La humanidad, Flandres o la más reciente Camille Claudel). Aquí cuenta la historia  de una improbable y excéntrica investigación policial enfocada en los extraños crímenes de un pequeño pueblo costero en la región de Boulonnais. Un «verano azul» particular que se salva o recuerda por su humor histriónico y los divertidos aunque gamberros niños protagonistas. Esta cinta formaba parte de la sección Zabaltegui.

Catch me daddy formaba también parte de la sección Perlas y nos ha decepcionado aunque en su planteamiento era de las más interesantes. La película es fría y tiene una fotografía alucinante.

No todo es vigilia es la segunda película del director Hermes Paralluelo realizada con un equipo casi familiar y grabando sobre todo a sus abuelos. Todo queda en casa, y se respira ese amor generacional, pero los abuelos también son aburridos a veces y también de adopta esa rutina y ese no saber qué ocurrirá. la cinta opta al premio Nuevos directores, otorgado por el Jurado Joven, y a juzgar por las críticas no ha tenido demasiada buena aceptación. Los abuelos vinieron a presentar la cinta y eso ya daría para un culebrón.

Ayer por último vimos en Perlas la cinta que ganó el Premio del Público en Sundance: Difret. Una historia real de Etiopía: En Addis Abeba, la abogada Meaza Ashenafi ha creado una red de ayuda a mujeres y niños pobres que necesiten la ayuda de un letrado. Se enfrenta a un hostigamiento constante por parte de la Policía y del Gobierno. Aun así, se atreve a defender a Hirut, una chica de 14 años a la que secuestraron y violaron cuando regresaba del colegio y que consiguió matar a sus raptores antes de escapar. A pesar de haber actuado en defensa propia, Hirut puede ser condenada a la pena de muerte. Podría caer del lado de los telefilmes más enraizados pero la película se salva por un guión ágil y no demasiado manipulador. Hirut tiene la inocencia de todos los que desconocemos lo que pasa en otros lugares o por lo menos miramos a otro lado.

 

 

 

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