Rodin (Jacques Doillon, Francia, 2017)

Rodin es el nuevo largometraje del cineasta francés Jacques Doillon (Ponette). Vincent Lindon se mete en la piel del pintor en una película áspera y desnuda sobre el proceso creativo, que estrena Caramel Films en cines. 

Que Doillon es un clásico del cine francés al menos de los años 70 u 80, lo saben. De un tiempo a esta parte, su cine ha dejado de ser tan conocido e imponente con Ponette o La drolesse aun cine también autoral pero más recóndito, extraño y alejado de lo convencional como su anterior Mis escenas de lucha. Y con el poco buen cine que se estrena en España, a las salas comerciales les cuesta apostar por productos tan extravagantes.

A Rodin le pasa como al propio Doillon, su cine con el paso del tiempo se va diluyendo y olvidando, con el pasar de los metrajes, del tiempo y de sus personajes. Doillon es más el recuerdo de lo que fue que de lo que puede ser ahora.

Rodin es Vincent Lindon, el actor se introduce en el alma del escultor y con su fisicidad encierra un trabajo de modelaje en el que el propio actor sale ganando. Se modela él mismo como intérprete. Mientras que en otras películas que han hablado de Rodin, el tema estrella era la infidelidad y la mujer, en ésta aparece como catalizador, siendo el proceso creativo y el modelaje el punto de inflexión e hilo conductor de toda la trama narrativa. Las musas y sus formas son sólo el vehículo, pero la cinta carece de fuerza, parece en ocasiones como un videoarte sobre la creación más que una película, aunque merece la pena por la fuerza interpretativa de un Vincent Lidon en estado de gracia.

Aunque el film da comienzo  con la relación del artista con su alumna y escultora Camille Claudel; adquiere una importancia mayor para la historia el primer encargo que recibe para el Museo de Artes Decorativas, la puerta inspirada en La divina comedia de Dante, y gracias a este pórtico nacen algunos bocetos de obras que han pasado a la historia como El beso o El pensador.

En Rodin pesaron un ego descomunal muy proclive en artistas y en genios y la falta de reconocimiento en vida. Rodin aprovecha su autoridad para seducir a jóvenes mujeres o para demostrar que sólo quiere aclarar su estado civil para poder seguir jugando esa posición autoritaria. El que quita y el que da. Esculpir es como vivir. Quitas de aquí para darlo allí y la obra puede acabar unas veces mal y otras bien. Rodin además admiraba a Balzac y le daba miedo que su nombre se borrara de la historia. No fue así. Su autoridad, su ego, pero sobre todo su obra, no lo permitieron.

Selección Oficial en Festival de cine de Cannes.

Sinopsis: Auguste Rodin (1840-1917), a sus 42 años, conoce a Camille Claudel, una mujer joven desesperada por convertirse en su ayudante. Él rápidamente se da cuenta de su potencial y la trata como una igual en términos creativos. Después de más de una década de trabajo y de relación apasionada, Camille se separa de él, una separación de la que nunca se recuperará y de la que Rodin saldrá profundamente herido. La película también muestra algunos de sus romances con asistentes y modelos así como su larga relación con Rose Beuret.

Nota: 5

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