La enfermedad del domingo (Ramón Salazar, España, 2017)

Caramel Films estrena este viernes 23 de febrero la nueva película de Ramón Salazar (10000 noches en ninguna parte o Piedras) protagonizada por las enormes Bárbara Lennie y Susi Sánchez, en una descarnada historia sobre recuentros materno filiales, dolorosos y excesivos. 

Ramón Salazar ha colgado en su perfil de youtube de manera totalmente gratuita el cortometraje El domingo, que sirve como Prólogo a la película La enfermedad del domingo, y que una vez visto, nos preguntamos por qué no habrán sido capaces de incluirlo en el metraje final del largo que ahora se estrena en pantallas. Lo que en el largo parece excesivo, irreal, pomposo; en el corto parece delicioso, simple, preciosista. Por eso merece sin duda la pena verlo. Atención además a la poderosa interpretación de la niña Bruna González, que pudimos ver y disfrutar también en Verónica de Paco Plaza.

La enfermedad del domingo es todo lo que no se arregló en este cortometraje. Todo lo que en una infancia rota se dejó más que a la imaginación a la inocente e impaciente espera de un niño que lejos de comprender va creando una rabia contenida y estirada hasta la edad adulta. Bárbara Lennie se mete de lleno en este viaje emocional y lleva sobre sus hombros el peso desolador y la carga de una vida rota, por una madre demasiado egoísta. La imponente Susi Sánchez que Ramón Salazar, el cineasta detrás de esta historia, se empeñó en visibilizar en su estupenda y completamente reivindicable 10000 noches en ninguna parte, interpreta a esa mujer anciana, dueña de un imperio, burguesa y orgullosa y lejana a la emoción y a la sensibilidad que un hijo necesita.

El tour de force interpretativo entre Susi Sánchez y Bárbara Lennie será recordado como uno de los más intensos y memorables de nuestro cine español actual. Son animales heridos que con el paso de los años, tres décadas como mínimo no han sido capaces de reencontrarse, ni de perdonarse ni siquiera de ser autoconscientes de su propia ausencia.

A nivel de dirección, Ramón Salazar, entrega su película más ambiciosa y virtuosa, de hecho mucha parte de la crítica acentúa su virtuosismo visual bajo una falta de una escritura sólida. Sin duda, es un ejercicio de estilo sobre un texto meramente teatral que podría haber sido sobreactuado si contara con otras dos actrices menos experimentadas o menos especiales. Con ellas dos la intensidad es latente y aunque si es bien cierto que no nos mantiene activos, que no hay demasiados puntos de giro y que además es un poco inverosimil, podemos confirmar que el guión no es el punto de fuerte de esta cinta.

Lo son, por supuesto, sus actrices y la manera de contarlo, desde el frío bosque del inicio y final de la cinta que entronca con el cortometraje hasta los interiores majestuosos, cuidados y preciosistas del palacio y de la casa rural mucho más descuidada y afectada por el paso del tiempo. Analizando los lugares también entendemos los personajes: Lennie se ha quedado a vivir en aquella casa destartalada, para la que el tiempo no ha pasado, en aquella casa donde su madre la abandonó y en el fondo sigue apoyada en aquella ventana día y noche esperando cada domingo que vuelva. Susi Sánchez, sin embargo, vive en un majestuoso palacio, su única preocupación son las formas y los tiempos en una comida que va a dar para sus amistades más cercanas. La joven vive en el terreno emocional, espiritual y así se comporta, aunque su lenguaje, sus maneras parezcan mucho más rudas y menos sensibles. Susi Sánchez, sin embargo, interiormente es un monstruo incapaz de aceptar la culpa pero alberga para el exterior la mejor de las caras; todas las riquezas del mundo y todas las buenas maneras, al menos de cara a la galería.

Incluso esto también es criticable pues sus personajes no dejan de ser maniqueismos materno filiales quizás excesivos y meramente adornados por una dirección estupenda.

La atmósfera viciada y envilecida se hace irrespirable en las cuatro paredes de ese caserón rural que daban pie también al corto y aisladas día y noche irán mostrando su fragilidad, sus heridas, su dolor y su culpa de la manera más visceral.

La imagen que hemos elegido para acompañar este texto pertenece a uno de los momentos cumbres de la película, la hija por fin susurra a la madre qué es lo que quiere. Y en ese susurro también se encuentran todas las palabras dichas y todos los silencios de la cinta, que nos trasladan a su universo y al del Bergman de Persona o el Almodovar de Julieta.

De hecho, con el cineasta manchego, Ramón Salazar suele compartir su amor por los personajes femeninos y su facilidad para arañar el alma e introducirse en sus virtudes, sus defectos, sus dolores, sus odios, su heridas… para por fin hacer que sus personajes lleguen a la catarsis final… a la salvación o a la muerte.

 

La fórmula: 10000 noches en ninguna parte + Persona + Almodovar + Julieta.

Sinopsis: Anabel (Susi Sánchez) abandonó a su hija Chiara (Bárbara Lennie) cuando esta apenas tenía ocho años. Treinta y cinco años después Chiara regresa con una extraña petición para su madre; le pide que pasen diez días juntas. Anabel ve en ese viaje la oportunidad para recuperar a su hija, pero no sabe que Chiara tiene un propósito oculto y que tendrá que enfrentarse a la decisión más importante de su vida.

Nota: 6,5

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